Libros relacionados.

Estos 2 libros están relacionados con "El alquimista impaciente" porque han sido creados por el mismo autor.


Ademas de estar relacionados con el autor, estos libros están relacionados por sus protagonistas, que tratan sobre los dos famosos investigadores (El sargento Bevilacqua y su compañera la cabo chamorro) creados por Lorenzo Silva.
La información a sido seleccionada de la pagina web del autor.





           1. La niebla y la doncella:

Edición original, noviembre2002
Edición CírculoLectores, 2003
Edición de bolsillo, 2004

El resumen del editor


El sargento Bevilacqua y su compañera la cabo Chamorro, atípicos investigadores criminales de la Guardia civil, reciben un incómodo encargo. El asunto que les toca en suerte es un asesinato ocurrido dos años atrás en la isla canaria de La Gomera; el muerto, un joven de vida desordenada y carácter atolondrado. Por el crimen, en su día, se juzgó y absolvió a un político local cuya hija adolescente andaba en relaciones con la víctima. El caso ha estado en la vía muerta durante meses, pero las altas conexiones de la madre del chico han forzado a reabrirlo. Chamorro y Bevilacqua se encuentran con un crimen antiguo y muy pocas pistas para resolverlo. Tras desplazarse a la isla, la cabo y el sargento, con la colaboración no siempre entusiasta de los guardias que en su día cerraron el caso en falso, se sumergen en la búsqueda de un asesino que parece haberse desvanecido en la niebla del bosque donde apareció el cadáver.
Lorenzo Silva nos ofrece en La niebla y la doncella la entrega más trepidante y ambiciosa de las andanzas del sargento Bevilacqua.





Un apunte del autor

Era todo un reto volver a escribir una historia con esta pareja de investigadores, después del éxito (bastante espectacular e inesperado, para mí) de El alquimista impaciente, un libro que llegó a más de 200.000 lectores y, a través de la adaptación cinematográfica que hiciera Patricia Ferreira, a muchos millares de personas más. Ser consciente de que con Chamorro y Bevilacqua podía haber inventado una fórmula de éxito me hizo ser muy cauto: tardé tres años en volver a ellos, y no lo hice hasta que no estuve más o menos convencido de tener entre las manos una novela que, lejos de limitarse a repetir los hallazgos de alguna de las anteriores, me pareciera que podía ser la mejor, la más completa y valiosa de todas. Así lo intenté, entre finales de 2001 y el verano de 2002, y esto fue lo que salió. Una novela más extensa que las dos precedentes, donde se cala más a fondo en la pareja protagonista, y sobre todo en el sargento, que deja entrever alguna de sus zonas oscuras. Y una historia en la que los investigadores no pueden mantener siempre la frialdad y la distancia profesional, porque se ven personalmente implicados en los acontecimientos como nunca se habían visto antes. Por lo demás, intenta la novela ser de nuevo un reflejo literario de la España actual, y los personajes, dos representantes de esa gente que se levanta cada mañana para hacer su trabajo, con alguna conciencia del deber, algún deseo de ayudar a los demás y el prurito de cumplir decentemente con su cometido. Aunque no les paguen mucho, aunque sirvan a un sistema de justicia imperfecto, y aunque no hubieran soñado de pequeños estar donde están. Un hombre y una mujer honrados y pundonorosos, que fallan como tú y como yo, pero que como tú y como yo intentan mantener la dignidad. Nada más. Nada menos.





La cal de la crítica...

"La mejor cualidad de Lorenzo Silva es narrar con tal naturalidad y tan excelente precisión que sus novelas parecen nacidas de la sencillez, pero cualquier experto en el género sabe que lograr esa naturalidad es lo más difícil y exige talento y esfuerzo. El juego es que todo case para que la intriga no desmaye. Y aquí se consigue. Lorenzo Silva da un paso adelante respecto a entregas anteriores. En La niebla y la doncella  los lectores hemos obtenido dos ganancias: un mayor cuidado en la extensión del escenario del conflicto y un adensamiento reflexivo en los matices de las relaciones psicológicas. (...) Lo inteligente es que Lorenzo Silva no haya convertido esos contextos sociales recientes en meros escenarios, sino que los ha metido de lleno en la propia identidad del Benemérito Cuerpo, afectado medularmente por desafíos de nueva y gran envergadura. Ya no se trata de la Guardia Civil de caminos rurales en pueblos perdidos con crímenes pasionales o simples robos. Tampoco se trata ya de un Cuerpo simplemente compacto y sin fisuras ideológicas, morales y de todo tipo. Ha cambiado el tejido social, los  problemas a los que se enfrentan, y ha cambiado con ellos, felizmente, también su imagen, y la procedencia misma de sus hombres y sus mujeres(...). Lorenzo Silva sabe cuándo en una novela es mejor decir menos que decir demasiado, y es en el terreno de las relaciones entre los personajes, excelentes casi todos, donde logra un sabio manejo de las elisiones, las sugerencias y los silencios."
José M. Pozuelo Yvancos, Blanco y Negro Cultural





...y la arena

Por ahora, no tengo malas críticas de este libro. Apunto esta reflexión algo ambigua:
"Si Lorenzo Silva continúa profundizando en la caracterización de personajes de tal modo que logre contrarrestar y anular la índole inevitablemente tópica que algunos poseen por su propia naturaleza (el investigador solitario, el ayudante, el jefe, el equívoco sospechoso, etc.), sus novelas de misterio, con el sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro como investigadores, no tendrán nada que envidiar a otras creaciones de mayor empeño. Es un escritor facultado para narrar, para seleccionar lo esencial y dosificar las acciones (eltempo interior de sus relatos suele ser impecable), e incluso cabría decir, aunque parezca una afirmación caprichosa, que la facilidad narrativa puede ser su peor enemigo."

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2. Nadie vale más que otro:


  
Edición original, noviembre 2004

Edición bolsillo, 2005
El resumen del editor

En Nadie vale más que otro, Lorenzo Silva nos convierte de nuevo en testigos privilegiados de las pesquisas de los célebres Chamorro y Bevilaqua pero en esta ocasión el lector tendrá la oportunidad de adentrarse en cuatro casos diferentes en los que se pondrá en juego la pericia y perspicacia de esta pareja de investigadores de la Guardia Civil. El asesinato de una mujer en el que todas las sospechas recaen en un marido con un largo historial de malos tratos, la violación y muerte de una niña, el hallazgo de un cadáver de un delincuente común donde todo parece indicar que se trata de un ajuste de cuentas y el crimen contra un inmigrante en un pequeño pueblo son los cuatro asuntos que tienen como nexo, además de suceder todos en periodos estivales, el hecho de ser crímenes tan cotidianos como los que se leen a diario en los periódicos, alejados de la extravagancia y de la sofisticación y, en consecuencia, tan reales como la vida, o la muerte, misma. Casos, no obstante, en los que la línea recta no es necesariamente el camino más corto y en los que casi nada es lo que a simple vista parece.

Lorenzo Silva nos ofrece cuatro relatos contundentes, sin fuegos de artificio, en los que demuestra que la cotidianidad y la realidad pueden ser la base para la mejor literatura



Un apunte del autor

Este libro va precedido de un prólogo, que creo que puede valer también aquí:

Hace ahora diez años, allá por el verano de 1994, entraron en mi vida Chamorro y Bevilacqua, la pareja de guardias civiles protagonistas de una novela que por entonces andaba maquinando, El lejano país de los estanques, y que escribiría finalmente a fines del verano del año siguiente. Esa novela, tras pasar el trámite ya casi proverbial de ser rechazada por algunas editoriales, la publicó en 1998 Ediciones Destino, y fue distinguida con el Premio Ojo Crítico de ese mismo año y la simpatía de la crítica y no pocos lectores. En el año 2000, una segunda novela con estos personajes, El alquimista impaciente, recibía el Premio Nadal y por ese camino acercaba a la pareja de picoletosa un público mucho mayor. Unos personajes surgidos casi por casualidad, en una especie de apuesta conmigo mismo por crear unos investigadores criminales genuinamente españoles, que indagaran casos acordes con la realidad actual del país en el que vivo, adquirieron así una importancia insospechada. Con ese estímulo, y el de mi propia complicidad con ellos, me sentí impelido a perpetrar una tercera novela, La niebla y la doncella, que ratificó el tirón de las anteriores y casi me convirtió en rehén del sargento y su ayudante. Desde que se publicó esta última entrega, el otoño de 2002, la pregunta que más me toca escuchar es cuándo saldrá la cuarta de la serie.


Lo primero que debo decir de este libro es que no es la cuarta novela de Chamorro y Bevilacqua, aunque en el momento en que redacto estas líneas estoy en ella y espero que acabe existiendo. Lo que aquí recojo son cuatro relatos de la pareja que en diferentes momentos, intercalados entre las novelas, fui escribiendo por motivos dispares, y que nunca antes habían visto la luz en un libro. La idea de reunirlos aquí, como ha sucedido en alguna otra ocasión, se la debo a los lectores, en concreto a los que, habiendo conocido alguno de estos relatos a través de la página de internet www.lorenzo-silva.com, se mostraron interesados en disponer de ellos en el soporte tradicional. Apenas junté material suficiente para justificar un libro, me pareció que debía hacerles caso.


El resultado es el presente volumen. El título, Nadie vale más que otro, está tomado del primero de los relatos, y es una afirmación que me parece representativa del talante y la filosofía vital del sargento. Los cuatro relatos, aun escritos en momentos diversos, entre 2001 y 2004 (uno en cada año de los que abarca ese periodo), tienen un doble hilo común: son todos ellos historias estivales, y los casos de que se trata no son esos crímenes recalcitrantes y a veces algo retorcidos que se suelen ingeniar para las novelas, sino homicidios cotidianos, hasta vulgares, de los muchos que los investigadores resuelven con relativa rapidez. Hay quien cree que sólo puede hacerse literatura desde la fantasía y la evasión de la realidad, ya sea reinventando el pasado a conveniencia u otorgándole al presente una faz anómala y forzadamente misteriosa. Pero Bevilacqua y quien le escribe creemos que el misterio que verdaderamente nos concierne es el de las cosas cotidianas, incluso el de las gentes y los asuntos vulgares y rutinarios, que sólo lo son, en el fondo, cuando vulgar y rutinario es el ojo que los mira.


Espero que el lector, y en especial el que ya lo es de antiguo, encuentre en estas páginas aquello que después de mucho pensarlo he llegado a creer que constituye el discreto encanto de este paradójico sargento (y ex psicólogo en paro) y de su concienzuda y ya insustituible ayudante: en cada cosa que hacen se les puede reconocer como gente cercana, como dos pringados que salen adelante como pueden, que aciertan tanto como se equivocan, y que son quienes son más allá de lo que les toca resolver y de los prejuicios que frente a su oficio puedan existir. En suma, y si se me permite la expresión, dos de nosotros

Sirva este libro (que sólo podía publicar Destino, la casa que confió en ellos cuando otros no lo hacían) para celebrar esos diez años y para agradecer la generosidad de tantos lectores.

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